Estos jóvenes son como son. Descuidados, sucios, alocados y no tienen respeto a nada. Pero hay algo peor que un veintiañero desatado en una fiesta privada en un yate de lujo. Sí, una cuarentona con dinero para gastar y cinco amigas más con ganas de volver a su juventud y un yate para desmadradar como si tuvieran la mitad de edad.Es lo que pasó en un yate, alquilado por Uma Thurman para pasar unos días en alta mar en compañía de unas amigas suyas. La actriz soltó 140.000 dólares por alquilar un yate durante una semana completa y parece ser que lo dejó hecho unos zorros. La embarcación estaba equipada con muebles de lujo, con alfombras persas y todo tipo de enseres de los que no son baratos. Que por ese precio, ya podían ser buenos, ya.
El caso es que se ve que la cosa se desmadró demasiado, y por las noches aquello se convertía en una fiesta desenfrenada en la que el alcohol y las ganas de pasarselo pirata eran los protagonistas y a bordo se liaba una buena. Las seis mujeres no escatimaron ganas y ocasión para sacar la parte más fiera de su interior.
Que si una copa de vino que se cayó en una alfombra persa carísima, que si una mesita de té reventada por una rodilla, todo un desastre que los miembros de la tripulación tuvieron que arreglar y limpiar durante más de cinco horas para dejarlo todo en condiciones para ser alquilado otra vez.
No se sabe las bolsas de basura llenas de envoltorios, restos de comida y los montones de platos sucios que tuvieron que sacar los pobrecillos de ese barco, que pasó de ser un yate de lujo a ser un buque basurero. Y todo por las fiestas que se vivieron a bordo.
Espero que, al menos, se lo pasaran estupendamente y acabaran todas abrazándose y jurándose amistad eterna, porque cualquiera de ellas se vuelve a embarcar con el grupo si llevan mal. ¡Igual le hacen pagar los platos rotos esta vez!
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