25 febrero 2013

Los 5 momentos más sorprendentes de los Oscars 2013…

Despiértennos cuando ya se haya terminado…

¡Ah ya se terminó!

Después de tres largas horas, de las cuales 35 minutos como máximo estuvieron dedicados a entregar premios, ayer se celebró la octogésima quinta entrega de los premios Oscars en la que la favorita de la noche, Argo, se llevó el premio a la Mejor Película.

Lo cierto es que antes de que esto sucediera, la ceremonia estuvo llena de momentos sorprendentes y aquí las traemos los 5 más memorables.

1) Cuando Seth MacFarlane fue malo, fue realmente malo: La ceremonia estuvo llena de aciertos y desaciertos, pero sobre todo de momentos interminables en los que no se entregaba ningún premio. McFarlane empezó muy fuerte arremetiendo contra los miembros de la Academia y demostrando sus habilidades musicales al cantar el hilarante tema “We Saw Your Boobs” dedicado a las actrices que han mostrado sus senos en alguna película. Las cosas fueron cambiando drásticamente a medida de que el show continuaba y comenzaron a llegar los chistes poco graciosos y repetidos, sobre todo aquellos que se burlan de cómo los judíos dominan Hollywood ¿Qué Pasó Seth? Esos chistes ya se han hecho antes y de una manera más graciosa por ti mismo en tu serie Family Guy.

2) No te detengas hasta que tengas suficiente: Todos admiramos a Quentin Tarantino, pero está claro que los discursos y apariciones públicas nunca han sido su fuerte. Cuando el director subió a recibir el premio a Mejor Guión original por Django Unchained su discurso fue sencillamente interminable y repitió una y otra vez cómo él elige a sus actores y crea personajes interesantes para ellos. La música de salida comenzó a sonar y Tarantino seguía hablando sobre cómo Leonardo Di Caprio había sido ignorado por la Academia e incluso decidió agradecer de nuevo a quienes le otorgaron el premio. “Sé que me estoy excediendo, pero una última cosa: Quiero decir que es un honor recibir el premio este año porque debo decir que en las categorías de guión adaptado y original los trabajos son todos fantásticos. Este será el año de los guionistas. Gracias a  todos, amo la competencia, todos son maravillosos. Paz para todos”.  Así finalmente terminó el innecesariamente largo discurso.

3) Por lo menos ella ganó un Oscar: Jennifer Lawrence superó el embarazoso incidente de su vestido en los SAG Awards al caerse por los escaleras justo cuando subía a recibir su premio a Mejor Actriz. Por supuesto, la actriz supo cómo convertir el incidente en una broma y hasta se burló de si misma en su discurso en el que también felicitó a al veterana Emmanuelle Riva quien cumplía años anoche. Después de este incidente queremos aún más a Jennifer porque a sus 22 años ella no tiene por qué ser la más elegante o refinada, ella simplemente debe ser ella misma y claramente lo está haciendo.

4) La alegría de Lincoln: Que Daniel Day Lewis ganara el premio del Mejor Actor fue el momento menos sorpresivo de la noche. Tampoco fue sorpresivo que a pesar de haber tenido 12 nominaciones, Lincoln solo logrará ganara dos premios. Lo que si resultó toda una sorpresa fue la victoria de Life of Pi en la categoría de Mejor Diseño de Producción en la que Los Miserables era la clara favorita. Después de la gala de anoche, está claro que recibir muchas nominaciones no significa absolutamente nada.

5) Los Oscars le dan envidia a Bill Clinton: Jack Nicholson está acostumbrado a ser el último que se va de las fiestas y por eso fue el seleccionado para entregar el premio más importante de la noche. La gran sorpresa fue cuando el veterano actor pidió al ayuda de la primera dama de Estados Unidos, Michell Obama, quien apareció via satélite y lució espectacular con un vestido de Naeem Kahn, para entregar el premio a la Mejor Película del Año. ¿Los productores de los Oscars estaban tratando de opacar la aparición de Bill Clinton en los Golden Globes? Perdónenos, pero aunque nos emocionó mucho la victoria de Argo, el hecho de que la Primera dama se tomase un tiempo para hablar sobre las maravillas del arte y al educación justo al final de una ceremonia de tres horas, fue demasiado.

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